sábado, 17 de septiembre de 2016

Las consecuencias económicas y sociales de la robotización


Un trabajador en una planta industrial de la India. 
Foto: Banco Mundial

Los robots constituyen solo una de las últimas etapas en el desarrollo tecnológico.

La cantidad de robots que usan las empresas para aumentar la productividad se ha incrementado rápidamente en los últimos años. Y no hay ninguna razón para creer que este ritmo de la robotización empezará a disminuir en el corto plazo.

Por el contrario, la Federación Internacional de Robótica (IFR, por sus siglas en inglés) espera que las instalaciones de robots continuarán creciendo a tasas anuales de dos dígitos por el momento.

Ello debido a que el costo para producir estas máquinas sigue bajando, mientras sus capacidades siguen aumentando, y la densidad de robots es todavía relativamente baja en la mayoría de las industrias.



La mayor desigualdad y los lentos avances en materia de productividad pueden ser los principales desafíos económicos en el siglo XXI. Y el uso cada vez extendido de robots podría afectar estos dos aspectos, tanto de manera positiva como de manera negativa.

Si bien la bibliografía empírica sobre el impacto de los robots es todavía incipiente, ya existen cada vez más estudios que comienzan a respaldar la idea de que estos aparatos aumentan la productividad, los salarios, e incluso la demanda total de mano de obra, pero sobre todo que benefician a los trabajadores más calificados.

Con el aumento del uso de robots, computadoras y otras máquinas, la última serie de avances tecnológicos ahora se produce en gran parte a expensas de los trabajadores de calificaciones y salarios medianos y bajos.

Según estos estudios, el impacto de los robots en la productividad ya se compara con la contribución de las máquinas de vapor en el pasado.

Y aunque aún está a la zaga del impacto de las TIC (tecnologías de la información y las comunicaciones), hay que tener presente que el valor total del capital de las TIC excedió con creces al de los actuales servicios de los robots.

Algunos de los aumentos en la productividad que se derivan de la densificación de los robots se comparten con los trabajadores mediante el pago de salarios más altos.



El problema, sin embargo, es que los distintos grupos de niveles de ingreso y de calificación no se benefician en la misma medida, lo que significa que la robotización aumenta aún más la desigualdad en los ingresos.

Para que una porción más amplia de la población obtenga los beneficios de este avance tecnológico, se deberán adoptar dos conjuntos de medidas.

En materia de habilidades y educación

Tenemos que repensar nuestro sistema educativo. Dado que los robots y las máquinas son capaces de hacerse cargo de un número cada vez mayor de tareas, los seres humanos tienen que centrarse en sus ventajas comparativas, que incluyen las habilidades no cognitivas.

Además, los países avanzados (en particular Estados Unidos) deben poner fin y cambiar la tendencia de que el ingreso y la riqueza de los padres sea el principal factor determinante de la calidad de la educación que recibe un estudiante, ya que esto sin duda intensifica la espiral negativa de la inequidad.

Pero incluso si los políticos implementaran los cambios necesarios en el sistema educativo, los acelerados avances tecnológicos probablemente seguirán llevando a una creciente desigualdad en los ingresos, porque las personas tienen diferentes habilidades, así como distintas situaciones financieras.

En materia de ampliación de la propiedad

Debido a esta falta de igualdad, existe una necesidad cada vez mayor de reasignar los ingresos de los ricos a los pobres y/o de los propietarios a los trabajadores.

En teoría, hay tres posibilidades para tratar de compensar en parte o mitigar la continua disminución de la participación de los trabajadores en el ingreso: 1) salarios más altos a través de negociaciones colectivas o salarios mínimos, 2) redistribuir la riqueza y los ingresos a través de políticas tributarias y de gastos, y 3) aumentar la participación en la propiedad del capital para garantizar una distribución más equitativa de los ingresos de la industria robótica.

Las dos primeras opciones han sido las maneras tradicionales de redistribuir las ganancias por rentabilidad e ingresos, y se usarán sin duda de nuevo esta vez. Sin embargo, hay límites estrictos a lo que se puede lograr a través de ellas.

De hecho, si los robots compitieran con trabajadores de baja y mediana calificación, el aumento del salario (mínimo) solo aceleraría e intensificaría la sustitución de la fuerza de trabajo por el capital.

Por consiguiente, estamos de acuerdo con Freeman (2015) (i) en que una de las soluciones más prometedoras para el desafío a largo plazo planteado por las máquinas que sustituyen la mano de obra “es que [...] todos nosotros tengamos una participación sustancial en la propiedad de las máquinas robot [...]

A menos que los trabajadores obtengan ingresos procedentes del capital, así como del trabajo, es probable que continúe la tendencia hacia una distribución más desigual de los ingresos, y que el mundo avance cada vez más hacia una nueva forma de feudalismo económico.

Tenemos que ampliar la propiedad del capital económico si esperamos evitar tal polarización de nuestras economías”.

En nuestra opinión, una de las soluciones más prometedoras para el desafío a largo plazo planteado por las máquinas que sustituyen la mano de obra es que los trabajadores sean dueños de esas máquinas.

Esto permite a los trabajadores obtener ingresos procedentes tanto del trabajo como del capital.

Nota: Este blog es una versión editada de un informe de una investigación publicado el 31 de agosto con el título Rise of the Machines (El auge de las máquinas).

La versión completa se puede encontrar aquí. (i)

POR HARM BANDHOLZ
Harm Bandholz es un bloguero invitado y actual economista jefe en EE. UU. del Grupo UniCredit.

worldbank.org


lunes, 1 de agosto de 2016

Gardelito, el robot de IBM Argentina que "no reemplaza personas"



Se trata de un humanoide de 58 centímetros de alto, capaz de identificar objetos y sostener conversaciones en lenguaje natural.

Según explicó IBM, usa servicios cognitivos de IBM Waston que le permiten entender y aprender, al mismo tiempo que analiza las emociones humanas y actúa en consecuencia.

El robot además es capaz de comprender la intención y la entonación del lenguaje, y puede emitir gestos, como mover los ojos y pestañar durante una conversación.

Hasta el momento, el robot puede interactuar en lenguaje natural con las personas (Dialog & NLP) y reconocer objetos como instrumentos musicales, frutas, verduras, entre otros (Visual Recognition). Además, con servicios de Watson sabe qué día es, hora, clima, temperatura, pronóstico del tiempo, conoce canciones y música argentina, baila Michael Jackson y gangam style. También juega con su pelota roja y patea penales.

A través del entrenamiento, IBM pretende adiestrarlo para que sea un asesor financiero, turístico y asistente ciudadano.

"Con Watson tenemos la capacidad para amplificar la inteligencia humana. Se trata de asistentes que ayudan a los humanos en su trabajo, no los reemplazan", aseguran desde el equipo de desarrollo de Gardelito.

"Watson, o la interfaz que utiliza esta tecnología, sea un robot, una pantalla o Tablet, no podría sustituir a un médico, por ejemplo, pero puede ayudar con tareas que requieren mucho tiempo como escaneado de registros médicos o buscar entre cientos de miles de papers.

Esto le da a los médicos y profesionales de la salud más tiempo para dedicarse a tareas de mayor valor".

"El poder de la computación cognitiva puede ser aprovechado de diferentes maneras, una es en robots, pero puede ser con otro tipo de dispositivos y soluciones.

En términos de la interacción práctica, cuando las capacidades cognitivas están aplicadas en la robótica, las personas se involucran y benefician de la tecnología cognitiva de maneras diferentes y emocionantes".

El equipo de desarrollo de Gardelito está conformado por: Nicolás Pantuliano, Technology & Automation Senior Manager; Carlos Monti, Technology Innovation & Automation Developer; y Federico Tomás Gimenez Molinelli, Technology Innovation & Automation Developer.

canal-ar.com.ar


lunes, 18 de julio de 2016

Un pastor robot para controlar al rebaño



La universidad de Sydney mostró el prototipo de un robot capaz de seguir el ganado en una granja

El Centro Australiano para Robótica Aplicada de la universidad de Sydney presentó a SwagBot, el primer robot autónomo para control de ganado.

O un pastor artificial, un carrito con una computadora y ruedas con 4 ejes independientes, que le permiten sortear toda clase de terrenos, vadear arroyos, pasar por encima de troncos y demás.

Incorpora cámaras y sensores para moverse en forma autónoma e ir arreando el ganado, además de poder vincularse con un dron para tener una vista aérea.

En una siguiente versión esperan sumar sensores de temperatura para detectar animales enfermos.

Por ahora, sin embargo, es un prototipo.

LA NACION

domingo, 26 de junio de 2016

Lo nuevo de Boston Dynamics es el robot doméstico más inquietante que puedes imaginar



Aunque Google ya no quiera saber nada más de Boston Dynamics, la compañía sigue avanzando en el diseño de robots capaces de asombrarnos y aterrorizarnos por igual.

La última de esas máquinas es SpotMini, un robot cuadrúpedo de pequeño tamaño capacitado para hacer tareas sencillas en espacios pequeños como un apartamento o una oficina.

Ya la manera de moverse del robot, agachando su lomo para pasar por debajo de mesas, es un poco inquietante, pero el colmo lo pone su brazo mecánico, que se asemeja a la boca de una especie de dinosaurio artificial por su posición



SpotMini es completamente eléctrico y sus baterías le permiten moverse durante unos 90 minutos.

Aunque sus sensores y cámaras le permiten moverse de forma autónoma, aún está bastante limitado en las tareas que puede hacer sin la supervisión de un humano.

Como el resto de la familia de Boston Dynamics, este nuevo miembro es especialmente bueno en desplazarse por todo tipo de terrenos, recuperarse tras caídas y hasta subir o bajar escaleras.

También parece reacio a soltar latas de refresco.

[vía Boston Dynamics]
Carlos Zahumenszky
gizmodo.com

lunes, 30 de mayo de 2016

La era de los robots: cuáles son la últimas proyecciones

Se estima que entre 2015 y 2018 se instalarán alrededor de 1,3 millones de nuevos robots industriales en las fábricas de todo el mundo



Florencia Abd
LA NACION

jueves, 26 de mayo de 2016

Foxconn ya ha reemplazado a más de 60.000 trabajadores por robots para fabricar los futuros iPhone


Desde los principios del iPhone, Foxconn ha sido uno de los aliados más importantes de Apple para dar abasto en la producción de cada uno de los iPhone que se han puesto en venta.

Así mismo, Foxconn se encarga en gran parte también de los iPad y cualquier otro dispositivo diseñado por Apple.

Esta fuerte alianza con Apple ha puesto a la empresa en el mapa, y le ha permitido evolucionar a lo largo de los años par convertirse en una de las fábricas más punteras y no solo una de las más grandes.

Tal es así que la fábrica esta automatizando todos sus procesos de trabajo, de ahí que en los últimos meses hayan despedido a más de 60.000 trabajadores para sustituirlos por robots.

FOXCONN PRÁCTICAMENTE HA SUSTITUIDO 
A MÁS DE LA MITAD DE SU PLANTILLA POR ROBOTS

Esta cifra es cuanto menos descomunal, Foxconn disponía de aproximadamente 110.000 empleados en la fábrica de Kunshan, con este movimiento se han quedado en unos 50.000, más de la mitad.

Con el crecimiento de Foxconn también creció el área en el que se encuentra en China.

Miles y miles de personas se han mudado a la zona con tal de trabajar en la fábrica.

Este cambio provoca un impacto importante tanto en la empresa como en la sociedad que tiene relación directa con la Foxconn.

Estamos aplicando la ingeniería robótica y otras tecnologías innovadoras de fabricación para reemplazar las tareas repetitivas que antes se hacían los seres humanos, pero también estamos permitiendo a nuestros empleados centrarse en tareas de mayor valor añadido en nuestras fábricas, como el control de procesos y de calidad.

¿Qué razones tiene Foxconn para despedir a tanta gente?

Existen diferentes factores que provocan estos desempleos y que sirven a la empresa como "argumentos" par hacerlos.

Como en todo, el contexto social y económico afectan a las decisiones de la empresa:

Mayores requisitos por parte de los gobiernos locales:

En los países de Oriente se están poniendo las pilas para evitar una sobreexplotación por parte de empresas externas y por parte de fabricantes.

Los derechos de los trabajadores están mejorando día tras día y también sus salarios, esto para Foxconn y similares no es nada bueno.

Mayor demanda por parte de Apple:

La demanda del iPhone ha ido creciendo año tras año, al igual que las ventas del mismo.

De ahí que llegue un punto en el que la fábrica no de a basto para conseguir a tiempo todas las unidades necesarias.

Un robot suele ser muchísimo más rápido que una persona.


Menores costes a largo plazo:

La inversión para instalar un robot es mucho mayor que la de contratar a un trabajador, pero un robot aporta muchos más beneficios a largo plazo, ya que prácticamente no necesita más que energía y mantenimiento, costes tremendamente inferiores que los salarios mensuales a los trabajadores.


Es curioso recordar que hace unos años Apple no permitió a Foxconn sustituir a los trabajadores por robots ya que aún no eran lo suficientemente precisos y el margen de error que tenían aún era mayor al de las personas.

Parece ser que esa línea se ha pasado, y ahora podrán ser las máquinas las que se encarguen de los trabajos más tediosos en la fabricación de un iPhone.

Vía | AppleInsider

Cristian Rus
m.applesfera.com

Posteado con la colaboracion de Carlos Levon Arslanian

sábado, 14 de mayo de 2016

Video - Rolf Pfeifer x Diego Golombek


TECtv te invita a conocer el mundo de la robótica de la mano de uno de los más importantes exponentes mundiales de esta disciplina, el Dr. Rolf Pfeifer, Profesor del Instituto de Robótica y Procesamiento Inteligente de la Información de la Universidad de Shanghai Jiao Tong (China), y de la Universidad de Osaka (Japón), e integrante del “Comité de Tecnología en Inteligencia Artificial" de Zurich.

Pfeifer es el “padre” del humanoide Roboy, un robot creado en la Universidad de Zurich que a semejanza del hombre fue dotado de tendones y músculos artificiales.

Un reportaje imperdible donde descubrirás las últimas innovaciones en inteligencia artificial.

TECtv La Señal de la Ciencia

domingo, 17 de abril de 2016

El robot que empezó a dictar clases de inglés en Japón

Pepper es el primer robot capaz de interpretar emociones humanas, lo que configura su capacidad de respuesta.

Foto: Reuters

El objetivo del centro escolar es familiarizar a los alumnos con los androides.

Un ejemplar de Pepper, un androide de última generación muy popular en Japón, visitó por primera vez un instituto nipón para mejorar la capacidad de hablar inglés de los alumnos, aseguró la cadena pública NHK.

Además de las clases, la iniciativa busca normalizar la presencia de robots en las aulas.

El robot Pepper fue recibido por estudiantes y docentes en una ceremonia de bienvenida en el instituto de secundaria Soshi, en la prefectura de Fukushima (centro).

Es la primera ocasión que un robot hace una visita de este tipo a una institución educativa en Japón.

El objetivo del centro escolar es familiarizar a los alumnos con los androides y ayudarlos a mejorar su nivel de inglés.

Los androides, que ya ejercen como colaboradores en bancos y algunos establecimientos comerciales del país asiático, salieron a la venta para uso doméstico el pasado junio con un precio base de 198.000 yenes (1.535 euros/1.668 dólares) y son los primeros fabricados en serie capaz de comunicarse e interpretar emociones humanas.

Con una altura de 120 centímetros y una pantalla táctil en su pecho, la intención de su fabricante es emplearlo en el futuro en negocios de sectores tan variados como el de la salud, la educación y la atención al público.

El autómata utiliza una tecnología desarrollada por Cocoro SB Corp que le permite generar artificialmente sus propias emociones.

Además, ha sido creado de forma conjunta por el gigante nipón de las telecomunicaciones SoftBank y la compañía francesa de robótica Aldebaran Robotics.

EFE
Tokio
eltiempo.com

martes, 15 de marzo de 2016

Todo lo que conoces sobre la inteligencia artificial es incorrecto

Todo lo que conoces sobre la inteligencia artificial es incorrecto

Las tres leyes de la robótica de Isaac Asimov no van a ser suficientes para controlar la IA. 
Los robots del amanecer / Michael Whalen

Fue recibida como la noticia más importante de la inteligencia artificial desde que Deep Blue derrotara a Gari Kaspárov al ajedrez hace casi 20 años.

Google AlphaGo ha ganado tres de los cuatro primeros partidos contra el maestro Lee Sedol en un torneo de Go, lo que demuestra la espectacular mejora de la IA.

Nunca antes nos había parecido tan cercano ese fatídico día en el que las máquinas se volverán más inteligentes que los humanos, y sin embargo no llegamos a comprender las implicaciones de este acontecimiento que marcará una época.

De hecho tenemos arraigada una serie de errores de concepto serios (e incluso peligrosos) sobre la inteligencia artificial.

Elon Musk, el cofundador de SpaceX, nos advirtió hace unos meses de que la IA podría acabar tomando el mundo —lo que provocó un aluvión de comentarios tanto de condena como de apoyo.

Para tratarse de un evento futuro tan monumental, existe una sorprendente cantidad de desacuerdo sobre si sucederá o no, o qué forma adquirirá.

Esto es especialmente preocupante si tenemos en cuenta los enormes beneficios que obtenemos de la IA y los posibles riesgos.

A diferencia de cualquier otra invención humana, la IA tiene el potencial de cambiar la forma de la humanidad, pero también de destruirnos.

Es difícil saber qué creer.

Sin embargo, empieza a surgir una imagen más clara gracias al trabajo pionero de los científicos de la computación, los neurocientíficos y los teóricos de la IA.

Estos son los conceptos erróneos y los mitos más comunes sobre la IA.

Mito: “Nunca crearemos una IA con inteligencia similar a la humana”

Todo lo que conoces sobre la inteligencia artificial es incorrecto

El maestro de Go Lee Sedol perdió tres juegos seguidos contra AlphaGo en un histórico DeepMind Challenge. Imagen: Getty

Realidad: Ya tenemos máquinas que igualan o superan la capacidad humana en juegos como el ajedrez o el Go, en la compraventa del mercado de valores y en las conversaciones.

Los ordenadores y los algoritmos que los impulsan sólo pueden mejorar, y será cuestión de tiempo que estas máquinas destaquen en cualquier actividad humana.

Gary Marcus, psicólogo de investigación en la Universidad de Nueva York, dijo que “prácticamente todos” los que trabajan en IA creen que las máquinas nos superarán algún día.

“La única diferencia entre los entusiastas y los escépticos es el marco de tiempo”.

Futuristas como Ray Kurzweil dicen que podría ocurrir dentro de un par de décadas, mientras que otros creen que podría llevar siglos.

Los escépticos de la IA no resultan convincentes cuando dicen que es un problema tecnológico sin solución y que hay algo intrínsecamente único en los cerebros biológicos.

Nuestros cerebros son máquinas biológicas, pero son máquinas al fin y al cabo; existen en el mundo real y se adhieren a las leyes básicas de la física.

No hay nada que sea imposible de conocer sobre ellos.

Mito: “La inteligencia artificial tendrá conciencia”

Todo lo que conoces sobre la inteligencia artificial es incorrecto

En Humans, la serie de televisión de AMC, algunas de las inteligencias artificiales tienen conciencia. Imagen: AMC


Realidad: Una suposición común en torno a la inteligencia artificial es que va a adquirir conciencia, es decir, que acabarán pensando como lo hacemos los humanos.

Es más, críticos como Paul Allen, cofundador de Microsoft, creen que aún nos queda por lograr una Inteligencia Artificial Fuerte (o AGI) que sea capaz de realizar cualquier tarea intelectual que un ser humano puede hacer porque carecemos de una teoría científica de la conciencia.

Pero, como señala Murray Shanahan, ingeniero de robótica cognitiva del Imperial College de Londres, debemos evitar confundir estos dos conceptos.

“La conciencia es sin duda un tema fascinante e importante, pero no creo que sea necesaria para una inteligencia artificial de nivel humano” explica Shanahan a Gizmodo.

“Para ser más precisos, utilizamos la palabra conciencia para referirnos a una serie de atributos psicológicos y cognitivos que vienen incluidos en los seres humanos”.

Es posible imaginar una máquina muy inteligente que carezca de algunos de estos atributos.

Con el tiempo, podemos construir una IA que sea extremadamente inteligente, pero incapaz de experimentar el mundo de una manera consciente de sí misma, subjetiva. Murray Shanahan mencionó que podría ser posible acoplar tanto la inteligencia como la conciencia en una máquina, pero que no debemos perder de vista el hecho de que son dos conceptos distintos.

Aunque una máquina pase el test de Turing —en el que un ordenador se vuelve indistinguible de un ser humano—, eso no quiere decir que sea consciente.

Para nosotros, una IA avanzada puede dar la sensación de conciencia, pero no será más consciente de sí misma que una piedra o una calculadora.

Mito: “No debemos temer a la IA”

Realidad: En enero, Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook, dijo que no debíamos temer a la IA porque hará una cantidad increíble de cosas buenas para mejorar el mundo.

Tiene razón a medias: estamos posicionados para obtener enormes beneficios de la IA —desde los coches autónomos hasta la creación de nuevos medicamentos—, pero no hay garantías de que todas las instancias de la IA serán benignas.

Un sistema altamente inteligente podría saberlo todo acerca de una tarea determinada, como por ejemplo resolver un problema financiero o hackear un sistema enemigo, pero fuera de estos ámbitos especializados ser ignorante e inconsciente.

El sistema DeepMind de Google es competente en el Go, pero no tiene capacidad o raciocinio para investigar fuera de este dominio.

Todo lo que conoces sobre la inteligencia artificial es incorrecto

El virus Flame virus se utiliza para el ciberespionaje en países de Oriente Medio. 
Imagen: Wired

Muchos de estos sistemas podrían no estar desarrollados siguiendo las consideraciones de seguridad.

Un buen ejemplo es el virus Stuxnet, un gusano desarrollado por los militares de Estados Unidos e Israel para infiltrarse y atacar las plantas nucleares iraníes. De alguna manera (ya sea deliberada o accidental), este malware acabó infectando una planta de energía nuclear de Rusia.

También está Flame, un programa utilizado para el ciberespionaje en Oriente Medio.

Es fácil imaginar cómo las futuras versiones de Stuxnet o Flame podrían propagarse más allá de sus objetivos e infligir incontables daños en infraestructuras sensibles.

Mito: “La súper IA será demasiado inteligente como para cometer errores”

Todo lo que conoces sobre la inteligencia artificial es incorrecto

Superordenador en The Invisible Boy (1957)

Realidad: Richard Loosemore, matemático del Wells College, cree que los escenarios del Día del juicio final provocados por una inteligencia artificial son imposibles. Su razonamiento es que una IA lo bastante sofisticada será capaz de detectar fallos en su propio diseño y modificarse a sí misma para ser segura.

Desafortunadamente, seguirá trabajando para el propósito por el que fue creada.

Peter McIntyre y Stuart Armstrong, ambos del Instituto para el Futuro de la Humanidad en la Universidad de Oxford, no están de acuerdo. Ambos creen que una IA sí que es capaz de cometer errores o simplemente puede ser demasiado necia como para saber lo que se espera de ella.

“Por definición, una superinteligencia artificial (SIA) es un agente con un intelecto muy superior al de los mejores cerebros humanos en prácticamente cualquier campo”, escribe McIntyre a Gizmodo.

“Sabrá exactamente lo que esperamos de ella”.

McIntyre y Armstrong creen que una IA sólo llevará a cabo aquellas funciones para las que está programada, pero si se vuelve lo bastante inteligente, podría ser capaz de deducir en qué difieren esas acciones del espíritu de la ley o de la intención de los seres humanos que la crearon.

McIntyre compara el futuro de los seres humanos con el de los ratones.

Un ratón tiene el impulso de comer y buscar refugio, pero ese impulso a menudo entra en conflicto con los humanos, que quieren una morada libre de ratones.

“Al igual que nosotros somos lo bastante inteligentes como para entender las metas de los ratones, un sistema superinteligente podría saber qué es lo que queremos y que al mismo tiempo le dé completamente igual”.

Mito: “Un simple parche solucionará el problema de controlar la IA”

Todo lo que conoces sobre la inteligencia artificial es incorrecto

Cómo veíamos en Ex Machina, va a ser muy difícil contener sistemas de Ia más inteligentes que nosotros.

Realidad: Asumiendo que podamos crear una IA más inteligente que nosotros, aún tendremos un reto muy serio conocico como “Problema del control”.

Los futurólogos y teóricos de la IA no logran explicar cómo seremos capaces de contener y controlar una SIA una vez exista, o cómo lograr que sea amistosa con los seres humanos.

Recientemente, investigadores del Instituto Tecnológico de California sugirieron inocentemente que una IA podría aprender los valores y convenciones sociales de los seres humanos simplemente leyendo cuentos.

Probablemente será mucho más complicado que eso.

“Se han propuesto muchos trucos sencillos que solucionarían el problema del control de la IA”, explica Armstrong.

Algunos ejemplos incluyen programar la SIA de manera que tenga el impulso de satisfacer a los seres humanos, o que funcione única y exclusivamente como una herramienta.

También podríamos integrar en su programación conceptos como el amor o el respeto.

Para prevenir que la IA tenga una visión del mundo demasiado simplista, podría ser programada para apreciar la diversidad intelectual, cultural y social.

Todo lo que conoces sobre la inteligencia artificial es incorrecto

Las tres leyes de la robótica son un estupendo tema de ciencia-ficción, pero vamos a necesitar algo más sustancioso para solucionar el problema del control. 
Imagen: Nova.

Sin embargo, estas soluciones son demasiado simples.

Tratan de encajar toda la complejidad de los gustos y disgustos humanos en una única definición cómoda.

Intentan reducir todas las complejidades de los valores humanos en una única palabra, frase o idea. Basta con pensar en la increíble dificultad de establecer una definición coherente y práctica de términos como “respeto”.

“Eso no significa que esos parches o trucos sean completamente inútiles.

Muchas de ellas sugieren líneas de investigación muy interesantes y pueden contribuir a dar con la solución definitiva”, asegura Armstrong.

“Pero no podemos confiar en su eficacia sin trabajarlos mucho más y explorar todas sus implicaciones”.

Mito: “Seremos destruidos por una superinteligencia artificial”

Todo lo que conoces sobre la inteligencia artificial es incorrecto

Imagen: Matrix: Revolutions


Realidad: No hay ninguna certeza de que una IA vaya a destruirnos ni de que finalmente encontremos métodos para contenerla y controlarla.

El teórico de la inteligencia artificial Eliezer Yudkowsky dice:

“La IA no te odia ni te ama, pero estás hecho de átomos que puede usar con otros propósitos”.

En su libro: Superintelligence: Paths, Dangers, Strategies, el filósofo de la Universidad de Oxford Nick Bostrom escribe que una superinteligencia artificial, una vez terminada, puede suponer un peligro mayor para el ser humano que cualquier otro invento.

Pensadores tan prominentes como Elon Musk, Bill Gates, o Stephen Hawking (el cual ya ha advertido que la IA puede ser el peor error de nuestra historia) también han dado la voz de alarma.

McIntyre explica que, en la mayor parte de metas que una superinteligencia artificial pueda tener, hay buenas razones para eliminar a los humanos de la ecuación.

“Una IA puede llegar a la conclusión (bastante correcta) de que no queremos que maximice el beneficio de una compañía por encima de los consumidores, el medio ambiente o los animales”, dice McIntyre.

“En ese momento, la IA tiene un ben incentivo para asegurarse de que los humanos no la interrumpen o interfieren con su objetivo, incluyendo que la apaguemos o que queramos cambiar sus metas”.

A menos que los objetivos de una SIA se correspondan exactamente con los nuestros, McIntyre explica que el sistema tendría buenas razones para no darnos la opción de detenerla, y teniendo en cuenta que su inteligencia supera ampliamente la nuestra, no tenemos mucho que hacer.

Pero no hay nada garantizado. Nadie puede saber con seguridad qué forma tomará la Inteligencia Artificial, ni como podría poner en riesgo a la humanidad.

Como Musk ya ha señalado, la IA puede usarse para controlar, regular o monitorizar otras IA, o podríamos dotarlas de valores humanos o con la imposición de ser amistosa con nosotros.

Mito: “La superinteligencia artificial será amistosa”

Todo lo que conoces sobre la inteligencia artificial es incorrecto

Imagen: ST:TNG

Realidad: el filósofo Immanuel Kant creía con firmeza que la inteligencia se correlacionaba con la moralidad.

En su ensayo “Singularidad: un análisis filosófico”, el neurocirujano David Chalmers tomó la famosa idea de Kant y la aplicó al auge de la superinteligencia artificial.

Si esto es correcto... Podemos esperar que una explosión de la inteligencia artificial conduzca también a una explosión de la moral.

Podemos esperar que los sistemas (superinteligentes) serán supermorales además de superinteligentes, así que podemos asumir que serán benignos.

La idea, sin embargo, de que la inteligencia artificial avanzada estará “iluminada” intelectualmente y será inherentemente buena no acaba de concordar.

Como Armstrong indicaba, hay muchos criminales de guerra inteligentes.

Una relación entre la inteligencia y la moralidad no parece existir entre los humanos, así que cuestiona la asunción directa de que también aparecerá en otras formas de inteligencia.

“Los humanos muy inteligentes que se comportan de manera inmoral tienden a causar dolor en una escala muchísimo mayor que sus pares menos inteligentes” afirma.

“La inteligencia simplemente les proporciona la habilidad de ser malos de manera más inteligente, no de transformarse en buenas personas”.

Como McIntyre explica, la habilidad de un agente de conseguir un objetivo no tiene que ver con si es un objetivo inteligente o no para empezar.

“Tendríamos que ser muy afortunados para que nuestros sistemas de inteligencia artificial estuviesen dotados de manera única con la capacidad de crecer de manera moral al tiempo que crecen intelectualmente.

Confiar en la suerte no es la mejor de las políticas para algo que podría determinar nuestro futuro”.

Mito: “Los riesgos de la IA y la robótica son los mismos”

Todo lo que conoces sobre la inteligencia artificial es incorrecto

imagen: Terminator

Realidad: Este error es particularmente común (buenos ejemplos aquí y aquí), uno perpetuado por películas de Hollywood poco rigurosas como Terminator.

Si una superinteligencia artificial como Skynet de verdad quisiese destruir la humanidad, no usaría una serie de androides equipados con metralletas.

En su lugar utilizaría medidas más eficientes como, por ejemplo, liberar una plaga biológica o instigar una plaga autorreplicante de nanobots.

O podría, sin más, destruir la atmósfera.

La Inteligencia Artificial es potencialmente peligrosa no por lo que implica para el futuro de la robótica sino por cómo podría invocar su presencia y devastar el mundo.

Mito: “La IA en la ciencia ficción describe con fidelidad cómo será en el futuro”

Todo lo que conoces sobre la inteligencia artificial es incorrecto

Tipos de mentes. Imagen: Eliezer Yudkowsky/MIRI

Realidad: Sí, la ciencia ficción ha sido usada por autores y futuristas para hacer predicciones durante años, pero el horizonte que dibuja la posible presencia de una superinteligencia es más oscuro.

Es más, la naturaleza no humana de la IA hace que sea imposible para nosotros saber, y por tanto predecir, su forma y características.

Para que la ciencia-ficción nos entretenga como humanos, la mayoría de IAs necesitan ser similares a nosotros.

“Hay todo un espectro de mentes fascinante, incluso dentro de los seres humanos.

Eres diferente a tu vecino. Esta variación, con todo, no es nada comparado con todas las mentes diferentes posibles que pueden llegar a existir” amplía McIntyre.

La mayoría de ciencia-ficción existe porque necesita contar una historia con fuerza, no para ser científicamente correctas. Por tanto, el conflicto en la ciencia ficción tiende a estar entre entidades que rara vez son equiparadas.

“Imagina cómo de aburrida sería una historia” dice Armstrong “donde una IA sin conciencia, felicidad u odio elimina a todos los humanos sin ningún tipo de resistencia para conseguir un objetivo que es, de por sí, poco interesante”.

Mito: “Es terrible que las IAs acaben por robarle el trabajo a humanos”

Realidad: La capacidad de la IA de automatizar muchas de las cosas que hacemos por un lado y su potencial de destruir la humanidad, por otro, son cosas muy diferentes.

Según Martín Ford, autor de Rise of the Robots: Technology and the Threat of a Jobless Future, a menudo están mezclados y confundidos.

Es correcto pensar en un futuro lejano y en las implicaciones que sobre él puede tener la IA, pero sólo si no nos distrae de los problemas a los que tendremos que enfrentarnos en las siguientes décadas.

El más importante de ellos es la automatización en masa.

No hay duda de que la inteligencia artificial está destinada a eliminar y reemplazar mucho de los trabajos actuales, desde el trabajo en fábricas a otros más sofisticados.

Todo lo que conoces sobre la inteligencia artificial es incorrecto

Algunos expertos predicen (PDF) que la mitad de los trabajos en Estados Unidos son susceptibles de ser automatizados en el futuro.

La cuestión es que nada de esto implica que seremos incapaces de manejar la disrupción que supondrá. Está claro que eliminar mucha de nuestra carga de trabajo, tanto física como mental, es un objetivo casi utópico para nuestra especie.

“Durante las siguientes dos décadas la IA va a destruir muchos trabajos, pero eso es algo bueno” Miller explica a Gizmodo.

Camiones autónomos podrían reemplazar a los transportistas, por ejemplo, lo cual abarataría los bienes provocando que fuese más barato comprar bienes “Si eres un conductor de camiones, está claro que pierdes, pero todos los demás ganan porque pueden comprar más con lo mismo.

Ese dinero de los que sí ganan se podrá gastar en otros bienes y servicios que generarán nuevos trabajos para más humanos”.

Con toda probabilidad, la inteligencia artificial producirá nuevos modos de creación de riqueza, al tiempo que liberan a los humanos para realizar otras cosas.

Y los avances en la IA estarán acompañados de otros en diferentes áreas, sobre todo en fabricación.

En el futuro será más sencillo, y no más difícil, satisfacer nuestras necesidades básicas.

George Dvorsky
gizmodo.com

lunes, 15 de febrero de 2016

Así será la vida dentro de 100 años


¿'Rascacielos' subterráneos y comida imprimible?

El cambio en las condiciones de vida y el desarrollo de la tecnología cambiarán drásticamente el mundo.

Un grupo de científicos de la Universidad de Westminster (Reino Unido) ha llegado a la conclusión de que el estilo de vida actual cambiará radicalmente en los próximos 100 años.

Los arquitectos de la empresa SmartThings prepararon un informe que concluye que dentro de tan solo cien años la humanidad comenzará a utilizar rascacielos de 25 plantas bajo tierra, según publica 'The Independent'.

Asimismo, los científicos predicen la aparición de tecnologías de construcción rápida que permitan instalarse en edificios bajo el agua, así como el desarrollo de aviones no tripulados, que se convertirán en el principal tipo de transporte de personas y mercancías.

El informe también sugiere un uso extendido de las impresoras 3D con diversas aplicaciones.

En este contexto, los autores creen que en 2116 estas impresoras se utilizarán para producir desde muebles hasta casas y otras infraestructuras.

Además, las impresoras 3D se usarán para preparar alimentos 'descargables' a través de Internet.

"Nuestro modo de vida actual le parecería ciencia ficción a una persona de hace cien años.

Internet ha revolucionado la esencia de nuestra comunicación, el aprendizaje y la interacción con el mundo", afirma una de las autoras del estudio, Maggie Aderin.

Además del cambio en las condiciones de vida, el desarrollo de la tecnología y los vuelos espaciales comerciales conducirán inevitablemente a la colonización de la Luna y de Marte, concluye el informe.

politicadigital.com.ar

jueves, 14 de enero de 2016

Luc Steels: “La inteligencia artificial puede ayudar a frenar el cambio climático”

Luc Steels: “La inteligencia artificial puede ayudar a frenar el cambio climático”

Luc Steels, profesor de investigación Icrea en el Instituto de Biología Evolutiva (UPF-CSIC) (Michael Huebner _von_BILD_ .)

El experto en ciencias de la computación, creador del perro robot Aibo, habla del futuro de esta tecnología, que es “el futuro de la humanidad”

Conforme se acerca la hora, en el vestíbulo de entrada del CCCB ya no cabe ni un alfiler. Muchos de los asistentes se han pasado antes por la exposición +Humanos y se acercan a la charla con mil dudas e inquietudes: ¿en el futuro los robots se encargarán de cuidar a nuestros hijos ?

¿Ampliaremos nuestras capacidades con implantes robóticos? ¿Cuáles son los límites éticos de la inteligencia artificial? ¿Habrá ejércitos formados solo por robots humanoides? Y así, una ristra interminable.

Para intentar contestarles, Luc Steel, experto en inteligencia artificial. Profesor de investigación Icrea, es el creador del popular perrito robot Aibo, de Sony, y ahora desde su despacho en el Instituto de Biología Evolutiva (CSIC-UPF) en Barcelona, colabora con otros centros repartidos por el mundo con el objetivo de tratar de dotar de inteligencia a las máquinas para que algún día puedan llegar a convivir con nosotros de verdad.

Steels participa en un ciclo de conferencias, “Máquinas que piensan: posibilidades y dilemas de la inteligencia artificial”, organizado por Icrea y el CCCB.

Antes de comenzar Steels matiza: “Esto no va del futuro de la inteligencia artificial, sino del de la humanidad”, y tras una pausa lanza al público: “¿Qué futuro queremos tener los humanos?”.

${imageCaption}


En el futuro que nos presenta la ciencia ficción e incluso algunas compañías fabricantes de robots, la inteligencia artificial nos ayudará a cuidar a los bebés e incluso a las personas mayores.

Espero que ese no sea el futuro que nos espera, sinceramente.

¿Qué sentido tiene tener un bebé si no lo cuidas tú mismo, si no disfrutas de pasar tiempo con él, de verlo crecer, de jugar, interaccionar?

Y lo mismo ocurre con la gente mayor.

Es cierto que la población está cada vez más envejecida y que en algunos casos los hijos están lejos y los ancianos están solos, pero aún así me parece un mal camino a seguir por la sociedad si relega el cuidado de los mayores a máquinas.

Hay que enfatizar una aproximación a la tecnología orientada a los humanos, a nuestra sociedad.

¿Cómo?

Existe demasiada presión para que usemos la última tecnología, para automatizar todos los procesos, para trabajar a través de internet, comunicarnos a través de internet.

Ahora los niños se sientan delante de una pantalla todo el tiempo. Debemos controlar la exposición que tenemos a la tecnología.

¿Tendremos compañeros robots amigos, como los que aparecen en Star Wars, por ejemplo?

Es fantástico soñar con mundos como los que propone la ciencia ficción.

Pero no deja de ser eso, sueños, y en el fondo son una forma de pensar en nosotros mismos, de reflexionar sobre nuestra sociedad.

Los niños pueden jugar con un perro robot, con Aibo por ejemplo, y está bien, porque saben que no es de verdad, como cuando juegan con un muñeco.

Y aún así, sabiendo que no son reales, pueden tenerle cariño. Ahora bien, los humanos vivimos a través de las emociones, somos capaces de sentir el dolor, la alegría, el sufrimiento, la tristeza de otros.

El problema de que la tecnología llegue a ser dominante es que haremos todo a través de máquinas, sin contacto humano. Y eso puede ser peligroso.

${imageCaption}

Póngame un ejemplo.

Paypal. Esta compañía usa inteligencia artificial para detectar fraude en operaciones que realizan los usuarios.

Es un software muy bueno pero el problema es que la inteligencia artificial no es super inteligente, no es mejor que un humano.

Lo que hace simplemente es revisar un montón de cosas e intentar detectar un patrón.

Al final, acaba señalando a muchas personas que no han cometido ninguna acción fraudulenta y los penaliza porque el programa cree que sí la han cometido.

Y entonces resulta muy complicado como usuario quejarte y evitar la penalización.

Además, la inteligencia artificial no es capaz de entender los significados. Busca entre grandes cantidades de información sin tener ni idea de lo que significa aquello que lee.

En la ciencia ficción se nos presenta a la inteligencia artificial con emociones.

Las máquinas pueden pretender tener emociones.

Las puedes programar para que sean capaces de detectar expresiones faciales, ciertas entonaciones, gestos, movimientos corporales y así interpretar que cuando eso se da la persona está contenta o enfadada.

El programa aprende a generalizar. Pero eso no es tener una emoción.

${imageCaption}

¿Qué podemos esperar de la inteligencia artificial?

Que nos ayude a manejar e interpretar ingentes cantidades de información de forma inteligente. Y en ese sentido, la web es un buen ejemplo.

Hay miles de millones de páginas, si tuvieras que hacer una búsqueda manualmente, sería totalmente imposible.

En ese caso la inteligencia artificial es muy útil, capaz de buscar palabras clave, de leer textos de forma inteligente, de manejar errores tipográficos, de realizar sugerencias si escribes algo aproximado.

En situaciones de emergencia también podrían ser muy útiles, por ejemplo en desastres naturales, como en terremotos o incendios.

O para la exploración espacial. También para el entretenimiento, puedo imaginarme una obra de teatro con actores robots.

De hecho, escribió junto al neurocientífico Òscar Villarroya una ópera, ‘Casparo’, con un robot como protagonista.

Así es pero Casparo estaba interpretado por un humano.

La tecnología está muy bien, pero al final siempre tiene que estar el humano, en todos los pasos finales. Por ejemplo, cuando buscamos algo en Google obtenemos una respuesta y valoramos con nuestra inteligencia si es o no lo que buscábamos.



La decisión última está en manos de los humanos.

¿Y no es siempre así?

Imagínate una web que pudiera hacer diagnósticos médicos.

Que pudieras introducir tus síntomas y el programa buscara casos similares al tuyo y pudiera diagnosticarte, decirte que tienes tal o cual.

Y que pretendiera que ése es el diagnóstico adecuado y que pudieras comprar vía internet simplemente apretando un botón el medicamento que te prescribe, que te llega a casa por Amazon.

A esto me refiero. Siempre en el último paso tiene que intervenir el ser humano.

La intuición, la empatía, el respeto por el otro, sólo lo podemos tener las personas, no un robot. Pero es que la inteligencia artificial se puede usar para cosas más interesantes.

Podemos con ella tener un impacto muy positivo en el planeta.

¿Como qué?

Para conseguir la paz o frenar el cambio climático.

Aunque eso implica que debemos dejar de destinar recursos a investigar cómo usarla con fines bélicos, y comenzar a dedicarlos a la gestión de la energía, a temas de movilidad, al mantenimiento de ecosistemas, entre otros. Aquí la inteligencia artificial realmente podría significar un cambio.

Por ejemplo, podemos usarla para evitar desastres ecológicos, para llevar a cabo una agricultura sostenible, una mejor distribución de la comida.

También a la hora de fomentar el diálogo entre culturas.

Las guerras suelen producirse cuando no hay suficiente comunicación entre dos grupos, se deshumaniza al otro y entonces sientes que le puedes hacer cualquier cosa. Eso se evitaría con diálogo, intercambio cultural y de ideas, y en eso la inteligencia artificial puede ser muy útil.


CRISTINA SÁEZ
lavanguardia.com